Manatí amazónico - Amazonas Seekuh

(Trichechus inunguis), Photo: Dreamstime

El manatí del Amazonas pertenece a los sirenios, manatíes o dugones. Son mamíferos que viven en el agua. Su cuerpo tiene forma de torpedo. Son los únicos mamíferos acuáticos que se alimentan exclusivamente de plantas. Deben salir a la superficie para respirar y luego pueden permanecer debajo del agua por aproximadamente 20 minutos. El manatí del Amazonas es el más pequeño de las tres especies que viven exclusivamente en agua dulce. Los animales adultos llegan a medir 2,80 metros y pueden alcanzar un peso de hasta 480 kilogramos. El manatí posee una cabeza redondeada, dos aletas dorsales y una trasera, la cual se llama aleta caudal. Las aperturas de los ojos y de los oídos son pequeñas, la piel gruesa es de tonalidad grisácea y está provista de pelos incoloros tipo estambres. Viven en grupos de hasta ocho animales y están activos tanto de día como de noche.

El manatí del Amazonas en la interpretación de los sueños: Nos conecta con nuestra energía amorosa, delicada, suave, así como con nuestro ser amorosos, cariñoso, con nuestro amor al prójimo y el poder dar desde el corazón.

La Esencia del Manatí del Amazonas: La esencia nos regala paz, confianza y serenidad. Es adecuada para que las personas estresadas puedan alcanzar nuevamente su punto de tranquilidad interno.

En el plano físico: La esencia nos ayuda a volver a encontrar interiormente nuestro punto medio. Baja la presión arterial, los síntomas de estrés desaparecen paulatinamente. Aprendemos a escuchar más a nuestro cuerpo, ya que el permanente estrés es un veneno para nuestros nervios.

En el plano emocional: La esencia nos regala serenidad interior y un ser más equilibrado. Aprendemos a no tomar con tanta seriedad a las cosas y a no ponernos nerviosos tan fácilmente por cualquier cosa. Reconocemos que el apuro y el estrés no nos hacen más veloces, sino todo lo contrario, ya que a través de ellos pueden ocurrir errores y conflictos. La esencia nos regala paz interior y aprendemos a disfrutar de la vida. Vivenciamos lo lindo que puede ser vivir en armonía.

En el plano espiritual: Reconocemos que todo siempre llega a su debido tiempo. Para cada acción existe el momento adecuado y no tiene sentido apurar inútilmente las cosas. A través de esta serenidad interior podemos aprender a deslizarnos por la vida al igual que un delfín, disfrutándola plenamente. Con sus frecuencias elevadas, la esencia también aumenta nuestras propias vibraciones corporales, gracias a lo cual también podemos desarrollarnos mejor espiritualmente y reconocer que Todo es uno.