Avestruz - Strauß

(Struthius camelus)

El avestruz es la más grande de todas las aves. Tiene una apariencia inconfundible, con su cuello largo y desnudo, su pequeña cabeza con pico y su robusto cuerpo con las largas y musculosas patas. Las alas son largas y flacas y no aptas para volar. Las hembras tienen un plumaje gris, los machos, negro con plumas blancas en las puntas de las alas. A diferencia de todas las demás aves, el avestruz tiene únicamente dos dedos en cada pata. Puede medir entre 2,1 y 2,8 metros y alcanzar un peso de entre 100 hasta 160 kg.

El Avestruz en la Mitología: En la mitología egipcia, el avestruz está subordinado a la diosa Maat. Sus plumas representaban la verdad y la justicia. En África se le adjudicaban capacidades mágicas. Los pueblos ancestrales creían que podía empollar sus huevos mirándolos fijamente, cuando en realidad esto lo estaba haciendo el sol. Muchas tribus lo veneraban, consumían sus huevos y su carne. Con sus plumas y huevos confeccionaban objetos artísticos y máscaras para sus rituales chamánicos.

El Avestruz en la interpretación de los sueños: representa los desafíos y los problemas a los cuales debemos enfrentarnos en vez de esquivarlos.

La Esencia de Avestruz: La esencia puede ayudar a las personas que siempre tienen la tendencia de no hacer las cosas directamente. Les ayuda a aquellos que gustan alejarse de los problemas, los que prefieren huir y tienden a esquivarlos, en vez de atacarlos de frente.

En el plano físico: La esencia es estimulante. Al ser el avestruz un animal que ama el movimiento, nos puede llevar a que nos movamos, a que hagamos deporte y mantengamos en forma a nuestro cuerpo, para que éste se mantenga fuerte, sano y en forma.

En el plano emocional: La esencia nos puede ayudar a soltar patrones de conducta. En vez de reaccionar adoptando siempre conductas evasivas cuando aparecen las dificultades y los problemas en nuestra vida, la esencia fortalece nuestra autoestima. Los miedos pueden ser superados, podemos desarrollar valor, logrando confrontarnos directamente con nuestros problemas y resistencias, en vez de esquivarlos y huir como lo hacíamos anteriormente. Es una esencia que ayuda muy bien en problemas de adicciones, ya que también el adicto no quiere ver sus propios dolores y heridas y por eso se refugia en su conducta adictiva. Para aturdirse consume alcohol u otras drogas. De la misma manera que el avestruz esconde su cabeza en la arena, soltamos estos patrones al no seguir cerrando los ojos ante verdades y realidades incómodas.

En el plano espiritual: La esencia nos ayuda a desarrollar confianza en nuestra propia fuerza y en nuestra capacidad de resolver problemas. Gracias a ello aprendemos a ser más confiables también para los demás, fomentamos nuestra conducta social y confiamos en la protección divina dentro de nuestra vida. Reconocemos que las dificultades y los desafíos también representan oportunidades en nuestra vida, con las que podemos crecer internamente y madurar. Reconocemos que al final de cuentas siempre seguimos siendo nosotros mismos los que atraemos esas dificultades o a las personas que las provocan, hasta que finalmente lleguemos a estar listos y maduros para reconocer la lección de vida, a aceptarla y crecer gracias a ella.