(Carpa ibex)
El íbice pertenece a los ungulados y vive en las altas cumbres de los Alpes, en Asia occidental y del sur, así como en África del norte. Puede medir entre 1,2 a 1,7 metros y alcanzar un peso que oscila entre los 35 hasta los 150 kg. Son característicos sus gruesos y encorvados cuernos que, en el caso de los machos, pueden llegar a medir hasta 1,4 metros. En el verano, la hembra luce un pelaje marrón claro, el macho, marrón oscuro con manchas claras sobre la espalda y las nalgas traseras. Durante el invierno les crece un grueso pelaje. Las cabras poseen una respiración muy eficiente. Cuando corren cuesta arriba, sus pulmones pueden incorporar 10 veces más oxígeno que estando en reposo.
La Cabra en la Mitología: La cabra (Capricornio) es probablemente una de las constelaciones más antiguas. En la mitología griega, el dios con piernas de carnero, Pan (para los romanos, Fauno), saltó al mar huyendo del monstruo Tifón, que cazaba a los dioses. Pan quería adoptar la forma de un pez, cosa que sin embargo no logró completamente. Ayudó a Zeus a salvarse y lo curó de sus heridas de la batalla contra Tifón. Ya repuesto, Zeus venció a Tifón y, como muestra de su gratitud, colocó a Pan en el cielo, en forma de un ser mitad pez y mitad cabra.
Los babilonios lo conocían como pez-cabra. Se dice que los habitantes del Mar Rojo denominaban así al período en el cual se podían pescar los cardúmenes de los peces-cabra. Recién durante la época romana se cambió el nombre de la constelación a Capricornio (en alemán, cabra). La cabra también está subordinada a Crono (para los romanos, Saturno). Crono era el hijo de la pareja divina Gaia (la Tierra) y Urano (el cielo).
Él castró a su padre y se convirtió él mismo en tirano. Se devoró a seis de sus hijos que concibió con su mujer Rhea, ya que le había sido predicho que uno de sus hijos lo iba a derrocar. Rhea escondió al séptimo hijo, Zeus, que luego derrocó a Crono y lo exilió al tenebroso ultramundo, donde Crono hizo uso de toda su fuerza y disciplina para convertir a ese lugar desolador en tierra fértil, cosa que logró. Es por ello que Capricornio también representa a la realización de los planes del destino y de los desafíos de la vida. En el cristianismo, el carnero es representado como íntimo del diablo, una variante del dios de la naturaleza Pan, que vivía plenamente su potencial creativo y su sexualidad.
La Cabra en la interpretación de los sueños: nos recuerda nuestra relación con nosotros mismos y con nuestra perseverancia. ¿Somos capaces de dar amor? ¿Cómo nos manejamos con las cosas materiales?
La Esencia de Cabra: La cabra nos ayuda a desarrollar un corazón más amoroso y a poder manejarnos más juguetonamente con las cosas materiales. Apoya el desarrollo de mayor suavidad y ternura, alegría y tolerancia hacia la vida.
En el plano físico: Aquí, la esencia de cabra nos ayuda a no tomar las cosas tan a pecho. Nos ayuda a soltar las contracturas internas y las rigideces que se pudieron haber formado a causa de una forma de ser excesivamente responsable y dura hacia uno mismo. También nos ayuda a poder relajar la cara, a disolver las durezas en la musculatura, que pudieron crearse a causa de una excesiva disciplina y demasiado afán por el trabajo. Nos ayuda a erguirnos nuevamente por dentro y a fortalecer nuestra columna vertebral y nuestras articulaciones, cuando, por poseer una naturaleza de guerrero, hemos sido demasiado duros con nosotros mismos o las cosas materiales nospesan demasiado. Nos conecta con la tierra y fortalece las articulaciones de los pies y de las rodillas. Nos hace más sueltos y flexibles.
En el plano emocional: La cabra nos ayuda a desarrollar mayor disciplina y poder de perseverancia. Fortalece nuestra confianza en nosotros mismos y nuestra voluntad, nuestra tenacidad y nuestra voluntad de trabajo, para poder realizar las cosas nosotros mismos. Por otro lado, nos puede ayudar a dejar entrar más alegría y ligereza en nuestra vida. Aprendemos que no siempre la vida tiene que ser una lucha y que también podemos dejar que las cosas fluyan. Aprendemos a tomar las cosas con mayor soltura y, al interactuar con otras personas, acercarnos a ellas de una manera más adecuada, permitiendo más suavidad.
En el plano espiritual: Las cabras viven en las regiones montañosas más elevadas, donde las personas se sienten unidas con la tierra y el cielo. Nos otorga seguridad y firmeza. Aprendemos a mantener el equilibrio interno entre el arriba y el abajo, aprendemos a desarrollar una visión más elevada de las cosas. Aprendemos que la materia debe estar a nuestro servicio y no las cosas materiales, al anteponer el espíritu a la materia.
Al confrontarnos con nuestra propia sombra, podemos comprender mejor cosas como la muerte o las pérdidas, la vejez o las enfermedades. En ocasiones, la cabra no elige el camino más fácil en la vida, sino que toma el pedregoso, empinado. Nos lleva a través de altos y bajos de nuestra vida y nos ayuda a desarrollar nuestra riqueza interna. La cabra nos conecta con la espiritualidad más alta, donde desarrollamos una clara confianza hacia Dios.