Mimosa

(Mimosa pudica)

En la cuenca mediterránea y en las Islas Canarias se cultivan innumerables variedades de acacia como árboles de adorno, para fijar el suelo y para elaborar perfumes. En algunas zonas se han aclimatado y crecen en estado silvestre. Las ramas de esta variedad cuelgan, sus hojas son esbeltas, lanceoladas y pueden llegar a los 20 centímetros de longitud. En el punto de unión de las hojas con el árbol nacen los racimos de flores, compuestos por brillantes botoncillos amarillos y redondos de entre 5 y 10 milímetros de diámetro. La visión de un arbusto de Mimosa en flor perfumada por su fresco perfume puede resultar cautivadora.

La esencia de Mimosa nos puede ayudar a mejorar nuestra relación con los demás y a ser conscientes de nuestras energías. Nos guiará hasta descubrir nuestra riqueza interior y percibir nuestra luz interior.

Efecto de la esencia sobre el cuerpo: La esencia de Mimosa estimula de forma energética los procesos de autocuración ante afecciones cutáneas de origen energético. Además, posee un efecto relajante que favorece la tersura de la piel.

Efecto de la esencia sobre el ánimo: Esta esencia nos ayudará a superar el miedo a empezar de nuevo, al tiempo que absorbe los miedos al entorno. Asimismo, nos ayuda a eliminar el temor al contacto con los demás. Las emociones que tenemos arraigadas en lo más hondo y que podrían dar lugar a estas situaciones experimentarán el efecto armonizador de esta esencia, permitiendo que nazca en nosotros una nueva alegría de vivir.

Efecto de la esencia sobre la mente: A través de esta esencia podremos reforzar nuestras energías mentales para hacer frente mejor a las situaciones difíciles (por ejemplo, el miedo al trato con los demás). Se reforzará nuestra capacidad mental de afrontar una situación y en ello residirá la energía para los cambios importantes.

Efecto de la esencia sobre el espíritu: La esencia ejerce un efecto estimulante de la meditación. Favorece la apertura del chakra de la coronilla permitiendo la unión con el plano espiritual. La luz del mundo espiritual iluminará nuestro alma, además de los diversos planos corporales etéreos. Sin embargo, también nos llevará hasta nuestra luz y nuestro mundo interior, nos permitirá (volver a) percibirlos y a aceptarlos con agradecimiento.

Afirmación: Dejo que la luz irrumpa en mi interior aportándome paz, transformación y curación.